sábado, 16 de diciembre de 2017

LA PUERTA EN FECHAS. CRONOLOGÍA 1900-1987 (54) 1953


LA PUERTA EN FECHAS
CRONOLOGÍA 1900-1987




1953



21-01-1953 Fallece a los 64 años de edad Eulogia Martínez Álvarez, viuda de Manuel López Jardón. Pastor de profesión, en la puerta nacieron 3 de sus 5 hijos: María (1915), Sira (1916) y Luis (1919).

11-04-1953 Boda en La Puerta de Laureano González Álvarez y Mª Paz González Álvarez. Oficio la ceremonia Alejandro Casado Casado. Testigos Benito Valbuena y Secundino Álvarez, ambos vecinos de La Puerta.

15-04-1953 Fallece a los 85 años Gregoria Díez Valbuena, viuda de Patricio Gutiérrez, dejando 5 hijos: Moisés, Julia, María, José y Asela.

01-06-1953 Nace a las 2 de la mañana Luis Pelayo García Álvarez, hijo de Pelayo García y Florencia Álvarez, hermano de Mª Concepción, María Begoña y Mª Isabel.



01-06-1953 Boda en La Puerta de María Encarnación Domínguez Rodríguez, hija del tío Celestino y Enrique Alonso Crespo, natural de Villamartín de Don Sancho. Era párroco Alejandro Casado. Fueron testigos Hermenegildo Domínguez e Isidoro Pérez.

07-06-1953 Bautizo de Luis Pelayo García Álvarez, fueron sus padrinos Graciano Álvarez y María Álvarez, casados y residentes en México, en cuya representación actuaron Eusebio Álvarez y Victorina Domínguez. Ayudaron en el oficio Macario Álvarez y Emilio Argüello.

11-06-1953 Boda en La Puerta de Julián Valladares Álvarez y Sagrario Álvarez González. Era párroco Alejandro Casado. Testigos Emiliano Álvarez y Manuel Mancebo.



11-07-1953 Boda en La Puerta de Leocadia Pérez Domínguez y Juan José Alonso Muñiz de Riaño. Leocadia era hija de Isidoro Pérez y Santiaga Domínguez, hermana de Jandra entre otros. El cura fue Eusebio Ortiz. Fueron testigos Constancio Alonso y Hermenegildo Domínguez.

06-08-1953 Nace a las 10 de la mañana Ana María Valladares Álvarez, hija de Zósimo Valladares Rojo y Oliva Álvarez Díez. Hermana de Araceli y Montse.


08-08-1953 Doble boda en La Puerta de los hermanos Aurelio y Avelina Alonso Rodríguez. Por un lado se casan Aurelio Alonso Rodríguez y Rosa Álvarez González, natural ella de Riaño, y por otro de Avelina Alonso Rodríguez y Eusebio Álvarez Álvarez. En ambos casos el párroco fue Fortunato Alonso, los testigos fueron para Aurelio y Rosa, Jesús Pernía y José González; para la boda de Avelina y Eusebio: Pelayo García y Ruperto Gutiérrez.

15-08-1953 Bautizo de Ana María Valladares Álvarez, fueron sus padrinos Enrique Alonso y Encarnación Domínguez. Ayudaron en el oficio Macario Álvarez y Agustín Casado.

28-10-1953 Boda en La Puerta de Fe Esperanza Gutiérrez y Andrés Martínez Castrillo natural de Riaño. Oficio la boda el párroco Alejandro Casado. Fueron testigos Ángel Ania y Agustín Miguel.

15-11-1953 Nace a las 11 de la mañana Luis Carlos Díez Gutiérrez, hijo de Manuel Díez y Petra Gutiérrez. Hermano de Antonio, Manuel, Marisol, Fernando y Blanqui.

22-11-1953 Bautizo de Luis Carlos Díez Gutiérrez, fueron sus padrinos Fernando Díez de Riaño y Guadalupe González de Prioro. Ayudantes del oficio Macario Álvarez y Gregorio González.





MIGUEL A. VALLADARES ÁLVAREZ

DE LAS ABUELINAS A LOS NIETINES.


DE LAS ABUELINAS A LOS NIETINES.        

Es el día del Señor, mi madre me ha bañado en el balde de cinc y vestido con la ropa de los domingos; hay que ocupar tiempo hasta la hora de ir misa pero no puedo mancharme, ya me lo ha recordado levantando el dedo índice: “mucho ojito con lo que haces”. En esta tesitura, decido ir ver a mi abuelita; esquivando los numerosos charcos de las calles llego hasta la casa, ubicada al final de pueblo y entro hasta la cocina, donde se halla sentada en el escaño, al lado de la hornilla, relatando “La pimpineja” a sus nietas mayores, Ana y Merche (ésta tiene una moña en su regazo):

“Pim pineja,
el rabo la coneja,
conejita real,                                                                   
pide pa la sal,
sal menuda,
pide pa la cuba,
cuba de gallo,
pide pal caballo,
caballo montisco
pide pal obispo,
obispo de Roma
pide pa la gata,
la gata rabona de mi tía Simona”.



En cuanto se acaba, les hacemos unas coscas a las niñas. Luego ellas intentan repetir la secuencia, pero siempre olvidan alguna frase, lo cual origina momentos divertidos.
Fernando permanece sentado en la caliente trébede, tan tranche, escuchando la retahíla, hasta que la anciana solicita su atención para cantarle la clásica canción de “Los cinco lobitos”:

“Cinco lobitos, tiene la loba,
cinco lobitos, detrás de la escoba.
Cinco parió, cinco críó,
y a todos los cinco la teta les dio”.

Finalizada la tonada, juntos proceden a contar los dedos, despacio y de uno en uno, hasta el quinto y después repasan el nombre de cada apéndice, cediendo la iniciativa al chiquillo: pulgar, índice, corazón, anular y meñique.

Acto seguido le escenifico otro relato que me ha venido a la memoria (señalando los dedos de la mano, pero partiendo desde el menique para acabar en el pulgar):

“Éste fue al monte,
éste fue por leña.
éste encontró un huevo.
éste lo frió
y éste gordito todo se lo comió”.

Ahora los dedos se mezclan mientras reproducimos la onomatopeya de comer: ñam, ñam, ñam,…

Mientras tanto, Irene no para de desplazarse en su tacatá, yendo y viniendo por todos los huecos de la cocina; no me extraña que tenga un chinchón en la pochaquina y un dedo encañao. Para evitar otro posible accidente le solicito que participe en un juego muy sencillo; cierro los dedos de la mano dejando un hueco en el medio y le solicito:



“Mete el dedo que no está el perro,
que fue a por agua con un caldero”.

En cuanto introduce el dedo cierro la mano, imito el ladrido del perro varias veces (guau, guau, guau) y le sorprendo: “ya ha venido el perro y te ha pillao”. Esto produce tal sorprendente alegría en la pequeña que el resto de hermanos repiten el pasatiempo con ella numerosas veces.
Al cabo de un rato les propo
ngo otro entretenimiento y, para ello, le pido a la benjamina que extienda la palma para “leer la mano” y, desplazando mi índice sobre ella, le recito:

“Por esta rayita que tiene aquí,
la buenaventura te voy a decir:
saca la lengua serrana (la muestra y yo le digo:)
métela en culo marrana”.

Esta situación provoca elevadas risas en la rapacería y sonrisas en los adultos (mi abuela y mi tía Ana Mari, que escuchaban y observaban nuestros juegos con ternura mientras hacían sus tareas).

La rapacina me insiste en repetir varias veces la recitación (“”esu, ota”); se me ocurre añadirle en la parte final otra gracieta: hago como que le arranco la punta de la lengua y le muestro la punta del dedo pulgar entre el índice y corazón; posteriormente se la vuelvo a colocar.

Ahora ella quiere leerme la mano, con su lengua de trapo: “ayita tu tenes, voy deci, engua saca, culo mete”. Le gustó tanto que debió echar la buenaventura a todo el pueblo y varios familiares maternos de Riaño.

Han empezado a oírse las campanas, que llaman a la oración de los fieles; tengo que ir rápido, hoy me toca ayudar a misa, no sin antes desearles unas…
¡¡¡ FELICES FIESTAS, PAISANOS!!!

Jesús (el mediano de Toño y Enedina).