domingo, 2 de octubre de 2016

DE LAS VECERAS PASTOR



DE LAS VECERAS PASTOR

Pastor de veceras. Arreando libertades, deteniendo ignorancias. San Pedrín 2016.

Pastor en los montes comunales de La Puerta. Aprendió de su abuela Ángela a cuidar la Rubia que estaba abocada a parir, en la pradera de Pontaniella. También que cuando el sol se pone hay que marchar a casa, aunque el pastor no entendía mucho que el sol se pusiera, cuando en realidad se estaba marchando. El pastor continuó siendo pastor de corderos por La Cuesta, también de jatos hasta Praocavao, de anojos en Retollorán, pastor de ovejas por la Costaniella, Pozollao, Ridescaro, Los Casares y a veces hasta boca La Salsa. Con la cabaña, (las novillas que pacían en Hormas), las ordenanzas concejiles no  permitían ir (los pastores dormían en la chabola) Las yeguas bajaban alguna vez en el verano y las subían hasta la Sierra los mozos a caballo, bajando después al pueblo andando.



Pero donde el pastor ejerció su oficio fue en la segunda vecera de La Puerta, a la que tenía que arrear por los Cotorros hasta las Borías buscando los mejores careos por Peñasblancas, Cuetosnegros, La Regera de Santa Marina, Camilñón, La Collada los Nuales. Y al otro lado del río, por Barroso y el Villar, donde una vez el guarda le prendó las vacas por dejarlas pacer en praderas particulares.

El pastor no estaba solo, le ayudaban sus perros. Se acuerda de Reina, de Golfo, a los que bautizó con esos nombres porque Ernsc Jürgem Brem, le llevó en Madrid a ver “La dama y el vagabundo”. No se le olvida al pastor, al pastor de la Vecera, el careo de Saguas en agosto cuando se juntaban las tres veceras del pueblo. Además de cuidar las vacas andábamos a pandoso (pan de oso, vigurnum viburnum lantana, una planta) No se le olvida al buen pastor, el pastor de las Veceras, el día que le doctoraron Eusebio, su tío, y Las Magdalenas (tres hermanas solteras de más ochenta años) al oírlas decir ¡que ganadero es este “rapá”!

El pastor con su hermano mayor  por el camino del Andrinal, viniendo de esparder hierba del prao de Traslatorre. El fotógrafo fue Patricio Domínguez.


Al pastor, al pastor de las Veceras, le siguen supurando las heridas de las aguas del pantano de Riaño que inundaron todos estos parajes en los que vivió, pero le indigna mucho más la sepultura bajo las sucias aguas del egoísmo, los intereses particulares y el dinero que acabaron con los valores del colectivismo agrario, el pastoreo comunal, los concejos y la participación de pastores y ganaderos en la vida del pueblo.

Leoncio Álvarez Álvarez.
Poncho