Además de los ya mencionados
establecimientos de Puntaniella y Sanctiago de Formas (Hormas), al menos
encontramos otros tres asentamientos más en La Puerta, dos de ellos bien
documentados, mientras que un tercero ofrece serias dudas de su
ubicación.
Documentado en el Becerro de Las
Presentaciones de la Iglesia de León, relativo al Arciprestazgo de Burón, tanto
en el correspondiente al año 1448 como al de 1468, está San Cipriano, que en
ambos documentos figura como dependiente de la iglesia de Riaño. Esta iglesia
se ubicaba a boca del valle de Camiñon, un valle con escasa pendiente y en la
que en su parte baja se formó una pequeña meseta a modo de morrena producida
por los arrastres sedimentarios que, paulatinamente fue recortada por la acción
del río. Topónimos como La Rampa la Ermita, las tierras de San Cipriano, a
ambos lados de la carretera que unía La Puerta con Éscaro, han perdurado hasta
nuestros días. El hecho de que no exista documentación referente a esta iglesia
a partir de 1468 hace pensar que es posible que su actividad no sobrepasara el
siglo XV, teniendo en cuenta que ya en 1448 se dice de ella “Sant Cibriano. Solia dar III sueldos en
procuración”. En cuanto a las propiedades de esta iglesia parece ser que
hubo ciertas controversias y Éscaro y La Puerta se las disputaron, finalmente
fue La Puerta quien dispuso de ellas.
San Pedro de la Porta, la
ubicación de esta iglesia no ofrece ninguna duda, pues perduró hasta que fue
desmontada y trasladada al nuevo núcleo de Riaño. Al igual que la de San
Cipriano figura en el Becerro de Las Presentaciones de la Iglesia de León, relativo
al Arciprestazgo de Burón. Su construcción se data en el siglo XIII, aunque es
posible que fuera una reedificación y por tanto anterior a este siglo.
Posteriormente se realizaron algunas obras que se han datado en el siglo XIV. Esta
iglesia ya existía en 1235 según el I Becerro de las Presentaciones, del que se
copió el editado en 1448 y en el que figura como “Sant Pedro de la Porta. Del arcedianazgo. Tercia al obispo; e I sueldo
en procuración”.
Y por último el más enigmático de
todos San Juan de La Puerta, ningún topónimo nos ayuda a una posible
localización y cualquier intento de ello entra en el campo de la especulación.
Esta iglesia la menciona el padre Escalona en su historia de la Abadía de
Sahagún, y dice que ya existía en el año 1080 y que estaba unida a la de San Esteban y Santa Engracia en Riaño. Vuelve a
aparecer documentalmente nueve años más tarde cuando ambas se agregan a la
Abadía de Sahagún. Sólo hay un resto arqueológico que no corresponde a ninguno
de los yacimientos mencionados, El Cascantal, en la Vega de Abajo, en donde se edificó
el cementerio y en el que aparecieron restos de enterramiento durante su
construcción. Ubicar San Juan en este lugar es aventurado, hay que tener en
cuenta el desplazamiento del río hacía la falda del Llordas; tanto de forma
natural como consecuencia de los obras realizadas a la hora de hacer la
carretera a finales del siglo XIX, obras hidrológicas que acabaron comiendo
mucho terreno tanto en el Villar, Barroso o el Andrinal, lugar por el que pasaba
el Camino Real.
Miguel A. Valladares Álvarez