sábado, 11 de junio de 2016

LA PUERTA Y SUS GENTES, de 1752-1987

Ya hemos visto en un post anterior, referido al Catastro de Ensenada, las familias que habitaban en La Puerta en 1752. ¿Qué fue de ellas? ¿Como evolucionaron hasta la desaparición del pueblo? El presente trabajo, así como otros que iremos viendo más adelante, intentaremos desvelar que fue de estas familias. Hay que tener en cuenta varios aspectos, por un lado mucha gente emigró, tanto dentro de la península como en el extranjero; por otra parte son muchos los que se casaron en otros pueblos vecinos, y no podemos olvidar que el índice de mortalidad (tanto en nacimientos como a la hora de dar a luz y los antibióticos llegaron tarde), era alto en el siglo XVIII y XIX, aunque paulatinamente fue descendiendo.

Otro aspecto importante, que se verá a través de los artículos relacionados con este tema, ademas del emparejamiento con los pueblos cercanos, es que al final todos o casi todos somos familia, unas veces cercana y otras más lejana.

Por último añadir que si alguien relacionado con estos trabajos sobre las personas nacidas en La Puerta, y su genealogía, considera en la parte que le correspondese, irrespetuoso o inadecuado, este sería retirado inmediatamente.

LAS FAMILIAS DE LA PUERTA 1752-1987

Por seguir un orden, me acogeré al listado publicado en un anterior post dedicado a La Puerta en 1752. http://pueblodelapuerta.blogspot.com.es/2016/06/la-puerta-en-1752.html

El primero en la lista es Bernardo Díez, que no sabemos su lugar de nacimiento, y si lo hizo en La Puerta, este tuvo que tener lugar antes de 1724, ya que no figura en los registros de nacimientos de La Puerta.

El siguiente es Fernando Alonso, huérfano y menor, que al parecer vivía con el cura del pueblo Basilio Rodríguez, como en el caso anterior, Bernardo Díez, ninguno de los dos figura como nacidos en La Puerta.

El tercero en la lista es Bernardo Ibañez, de 30 años, casado con Ana María, dado que el registro del que dispongo empieza en 1724, ambos nacieron antes de esta fecha, por lo desconozco su lugar de nacimiento. De Bermardo y Ana María nada más sabemos, no tenían hijos, y ni los tuvieron al menos en el pueblo, pudiera ser que se trasladaran a otro lugar.

En cuarto lugar está Pedro Pérez, de 40 años, y su mujer Manuela González. Pedro era natural de Cegoñal, pueblo situado entre Guardo y Puente Almuhey, y en 1752 tenían tres hijas: Josefa, nacida en 1745;  Teresa, en 1747 y Pascuala, en 1750, Posteriormente aún tuvieron 5 hijos más: Juan, nacido en 1752; José en 1756; Dominga en 1758; Manuela en 1759 y por último María en 1763.

Ramas familiares de Pedro Pérez y Manuela Gonzalez:

RAMA PASCUALA PÉREZ GONZÁLEZ

1ª.- Pascuala se casó con Baltasar Álvarez, de Riaño, y en 1777 tuvieron un hijo; Juan Antonio Álvarez Pérez, a partir de entonces nada más sabemos de ellos, ya que ni el matrimonio ni el hijo vuelven a aparecer en los registros.

RAMA JOSEFA PÉREZ GONZÁLEZ

2ª.- Su hermana Josefa, se caso con Juan Moreno Rodríguez, nacido en La Puerta en 1739, y en 1780 tuvieron a su único hijo: José Moreno Pérez. Este se casó en primeras nupcias con María Paniagua Fernández de Éscaro, con la que tuvo dos hijos: Antonio Marcos Moreno Paniagua (2ªA) y Francisco. Se casó en segundas nupcias con Polonia Díez Álvarez, con la que tuvo dos hijas: Florentina Moreno Díez y Antonia.

2ªA.- El primogénito, Antonio Marcos Moreno Paniagua se casó con Manuela Domínguez Calle, de Riaño, matrimonio que tuvo 3 hijos: Isidro Moreno Paniagua 1837; Prudencio, 1840 y Mariano nacido en 1848.

RAMA JUAN PÉREZ PÉREZ GONZÁLEZ

3ª.- Juan Pérez González, se casó con María Díez Fuente y tuvieron una extensa familia: Mª Josefa nacida en 1783; Manuela en 1784 (3ªA); Otro hijo cuyo nombre es indescifrable en 1786; Froilana en 1787; Isabel en 1788 (3ªC); Marcos (3ªB1) en 1789; Sinforosa en 1792; Dionisia en 1793; Pelayo en 1796 y Bernarda en 1799. De ellos tan solo tuvieron descendencia en La Puerta, Manuela,  Marcos e Isabel

3ªA.- Manuela se caso con León Rodríguez Álvarez, fruto de este matrimonio nació en 1818 Cosme Francisco Rodríguez Pérez.

3ªB.- Marcos Pérez Díez se casó con María Álvarez Álvarez y tuvieron 4 hijos: Faviana, 1811; Miguel, 1814; Petra Pérez Álvarez (3ªB1.0), 1817 y Manuel 1820. De estos sólo Petra figura en los registros.

3ªB1.0.- Petra Pérez Álvarez se caso con Ildefonso Domínguez Díez, natural de Riaño y tuvieron 4 hijos: Pablo, en 1837 (3ªB1.1); Andrés; en 1841 Ignacia Facunda (3ªB1.2) y en 1845 Manuel Domínguez Pérez (3ªB1.3.)

3ªB1.1.- Pablo Domínguez Pérez, se caso con Gregoria Calle Díez, de Riaño; fruto de este matrimonio nacieron: Mariano 1881; José 1883; Julia en 1885; Nazario en 1887; Inocencio 1889; Ulpiano en 1892; Plácido Francisco en 1894 y Aurora Benita en 1897.

3ªB1.2.- Ignacia Facunda Domínguez Pérez contrajo matrimonio con Juan Álvarez González y tuvieron una hija: Celestina Álvarez Domínguez, que nacio en 1864.

3ªB1.3.- Manuel Domínguez Pérez, por su parte se casó con Joaquina Presa Díez de Riaño, fruto de este matrimonio nacieron 10 hijos; los primeros nacieron en Riaño: Marcos 1880; Mariano en 1881, fallecio con 36 años víctima de la epidemia de gripe; Hermenegildo (3ªB1.3.1); Celestino, en 1883 (3ªB1.3.2); y los mellizos Martín y Martina en 1885. Y ya instalados en la Puerta, nacieron Jacoba, en 1891(3ªB1.3.3); Francisco en 1893 (3ªB1.3.4); Florentina en 1895 y Vicente en 1897.

   Isidoro Pérez; María; Francisco, con corbata; Martina; el marido de Martina, de Éscaro; Victoria; Celestino; Hermenegildo los dos de la derecha con sus hijos

3ªB1.3.1.- Hermenegildo Domínguez Presa, se casó con Valentina Mancebo Alonso, también nacida en La Puerta y tuvieron dos hijas: Mª Candelas, nacida en 1917 y Mª Soledad en 1919.

3ªB1.3.2.- Celestino Domínguez Presa, se casó con Victoría Rodríguez Suero, al poco de casarse se trasladaron a EE.UU, al estado de New York, a la ciudad de Niagara Falls, allí nacierón sus primeros 3 hijos: Joaquina, en 1921; Simón en 1922 y Segunda en 1924. Tras regresar a La Puerta nacieron Román, 1925; Encarnación en 1930 y Mª Daría en 1935.

                                                     Celestino en New York. Foto Daría




Recordatorio de Celestino. Goyo Carracedo.

3ªB1.3.3.- Jacoba Domínguez Presa, que así consta en los registros, aunque todos la conocemos como la tía Santiaga, se casó con Isidoro Pérez Díez y fruto de este matrimonio nacieron: Constancia en 1923; Casimiro, 1925; Leocadia, 1927(3ªB1.3.3.1); José, 1929; Alejandro en 1930, que falleció prontamente; Alejandra (Jandra), en 1933 y por último Silverio en 1934. Solo Leocadia tuvo hijos bautizados en La Puerta.

3ªB1.3.3.1.- Leocadia se caso a su vez con José Alonso Muñiz, de Riaño, y en 1956 tuvieron una hija Josefa Olga Alonso Pérez.

3ªB1.3.4.- Francisco Domínguez Presa se casó con María Gutierrez, de La Puerta, y tuvieron 6 hijos: Manuel, 1923; Honorato 1925; Benedicto 1926; Marina 1928; Felicisimo 1930; Patricio 1936 y Mª Francisca en 1941.

3ªC.- Isabel Pérez Díez se casó con Manuel Fernández Ibañez, de Riaño, y tuvieron dos hijos: Esteban Fernández Pérez, 1817 y Juan, 1819 (3ªC1).

3ªC1.-Juan Fernández Pérez, hijo de Isabel, a su vez se casó con Gertrudis Rodríguez natural de Burón, matrimonio del que nacieron 5 hijos: Juan Antonio Fernández Rodríguez 1844; Fidel, 1846; Magdalena, 1848 (3ªC1.1); Mª Antonia, 1852 y Eduviges en 1854. Eduviges se casó con Simón Valbuena de Éscaro y recién casados emigraron a Argentina, 

3ªC1.1.- Magdalena Fernández Rodríguez se casó con Baltasar Alonso Díez, de Riaño y tuvieron 9 hijos: en 1874 Eugenio Alonso Fernández (3ªC2.1.1); Faustina en 1876; en 1878 Sotero (3C2.1.2); en 1881 Juliana ; en 1883 Pablo; en 1885 Paula y Petra; en 1889 Fidel; y en 1892 Macaria. De estos solo Eugenio y Sotero tuvieron descendencia en La Puerta.

3ªC2.1.1- Eugenio Alonso Fernández se casó con Anselma Álvarez Mancebo, también de La Puerta y tuvieron 10 hijos: Saturnino Alonso Álvarez en 1897; Anselmo en 1901; Hemeterio en 1902; Eusebio, 1904; Genoveva, 1908; Julia, 1910; Donato, 1913; María en 1916; Piedad, 1918 y Alberto en 1920 (3ªC2.2). De estos Saturnino y Anselmo emigrarón a Estados Unidos y solo Alberto tuvo descendencia en La Puerta.Genoveva se casó con Eloy Álvarez, y María con Francisco García Iban.

3ªC2.2.- Alberto Alonso Álvarez se caso con Mª Pilar Pérez Casado de Vegacerneja; vivieron en el Barrio Arriba hasta los acontecimientos del pantano. Posteriormente se asentaron en el Nuevo Riaño en donde regentaron el Bar La Puerta. Alberto y Pilar tuvieron dos hijos: Anselmo que nació en 1964 y Alberto en 1965, que en la actualidad residen en Riaño.


Foto de Alberto Alonso Álvarez aparecida en la revista Interviú.

3ªC1.1.2.- Sotero Alonso Álvarez por su parte se casó con Petra Álvarez Canal, fruto de este matrimonio nación en 1904 Enriqueta Alonso Álvarez, que fallecio prontamente. Tras enviudar y por razones de trabajo, peón caminero, se traslado a Burón en donde se volvío a casar teniendo 4 hijos: Fidelín, Baltasar. José Luis y Emilio.

Miguel A. Valladares Álvarez

NUESTROS VECINOS DEL BARRIO DE LA CARRETERA Y ENTRADA.


NUESTROS VECINOS DEL BARRIO DE LA CARRETERA Y ENTRADA.
Hoy es un día triste, ayer (último viernes de junio de 1972) se acabó mi atapa como alumno en la escuela de la admirada y valorada maestra, Dª Carmen, porque mis padres quieren que vaya a estudiar con los curas (“para ser un hombre de provecho”). Me he levantado pensativo, hace un día espléndido (soleado, ni una nube), estoy desayunando unos frisuelos sensacionales y aparece mi padre con la leche para entregar al camión que la recoge diariamente en la carretera. Prepara el bidón, lo carga en la carretilla y le acompaño hasta la primera casa del pueblo, donde Rosa se encarga de medir la cantidad y echarle unas gotas misteriosas. Me asomo al bar y veo a su marido, Gil, atendiendo a unos camioneros asturianos que hacen “un alto en el camino”.

Mi padre se ha juntado con otros vecinos, están charlando y decido irme a recorrer el pueblo andando (las bicicletas son para los padres y no se usan para pasear). No había caminado dos pasos cuando escucho el sonido de una ventana que se abre, es la tía Áurea, para airear las habitaciones (aunque luego nos canten la cancioncita: “a la entrada de La Puerta, lo primero que se ve…”).

Un poco más adelante, giro a la izquierda (esquivando un gran nogal), por la rampa que baja a la cuadra de Máximo (la entrada se ubica a un nivel inferior que la casa, en la parte trasera), donde me asomo por el cuarterón y le veo pasando la rasqueta a una vaca; me solicita que pase el cepillo a los jatos mientras su mujer, Manuela, no para de ordeñar (en la cuerna ya rebosa el boyero) y de sonreír.

Una vez rechazada la oferta de trabajo, vuelvo a la carretera; al pasar por enfrente de la puerta del bar y tienda de Jandra (está despachando a una de “las madalenas”) percibo el inconfundible golpe de “martillo contra punta” proveniente de la bolera: Marino trata de fijar los troncos para que las bolas no acaben en la presa. Al verme, pega un grito: “Eh, baja a sujetarme las puntas”; acto seguido, surge en mi imaginación una uña negra que provoca mi reacción preventiva: “tengo que hacer un recao a mi madre”.

Ahora me dirijo, por la orilla izquierda de la carretera, hacia el puente, donde me paro y, apoyado sobre la barandilla, observo los peces nadando contra la corriente; levanto la vista y diviso, en la orilla de la presa, a Juliana lavando ropa, de rodillas en la caja e inclinada  sobre la taja. Sigo calle abajo, a la derecha, en su portalada, Santiago, “el mudo”, coloca la collera al burro para engancharlo al carro; paso de largo y llego al corral de Pepe “Ruscos”, el cual estaba a punto de montar (sin casco) en su moto Vespa (lleva una azada, le tocará la corrida de regar) y espero que se vaya; me dice: “¿vienes a pescar esta noche con nosotros?” (es decir, él más Agustín, Pepón y mi padre, que formaban un cuarteto campeón olímpico en la disciplina “a garrafa”). 
Me doy media vuelta y veo, delante de su casa, a mi tío Francisco (el mejor y más espléndido padrino) con sus dos hijos mayores; están preparando la nueva segadora a motor (marca Bertolini) con la que cortarán todo tipo de hierbas y a quien lo demande. Enseguida, mi tío, me invita a subir (acepto sin dudarlo, agarro el volante, lo muevo,…) y le ordena a Luismi que arranque la máquina para darme una vuelta. Ésto son palabra mayores (nunca he montado en estos cacharros), procede buscar una e excusa para irme: “creo que voy a ver a la tía”. Como me encanta entrar en casa de mi tía Carmen (donde siempre hay alguien), me meto hasta la cocina; en cuanto me ve (hace como que) se sorprende: “¡hombre!, ¿qué hace por aquí?”. Ella sabe que me gusta el “colcao migao” que prepara para sus hijos en una gran cazuela (en la despensa) y, de inmediato, me trae una taza (sin preguntar si quiero, ¡cómo me conoce!); yo me la tomo agradecido (aunque sea el segundo desayuno).

Con el estómago relleno, tomo dirección hacia la casa del tío Benito, el cual se encuentra en la cuadra de la izquierda, sacando el abono en una carretilla de madera, y su mujer está delante de la casa quitando guenchos a unas patatas. De repente, oigo una polea de un pozo, avanzo un poco y veo a Pili sacando agua, me dice: “¡hola majo!, ¿me ayudas?”; su marido, Alberto, que estaba en la portaladina, contesta sonriendo (como siempre): “me va ayudar a mí a preparar estas llatas y colocarlas en un prao de La Biriella”; su hermana María, que regaba los geránios de la ventana, no pierde ripio.

Jesús (el mediano de Toño y Enedina).