NOTAS SOBRE LA PREHISTORIA DE LA
PUERTA
Aunque la arqueología ha evidenciado la presencia humana en los altos
valles del Esla desde al menos finales del paleolítico, en las cuevas de La
Puerta no se ha llevado a cabo prospección alguna que evidencie la estancia de
estas gentes en el término. Esto no es óbice de que no los hubiera (todas las
cuevas de nuestra montaña en las que se han llevado a cabo excavaciones, Cueva
del Burro en La Uña, El Espertín en Cuénabres, La Iglesia y Del Osón ó Luisón
en Riaño, han dado como resultado la ocupación de las mismas), ya que por su
ubicación, por el medio que las rodea, próximas al cauce del río, son
susceptibles de tener restos prehistóricos: la Cueva de La Telaya, sobre el
Canto que separa El Andrinal de Barroso (encima del Pozo del Canto), la de
Campaneo a escasos metros de la anterior y la Cueva de La Canalona en el alto
del Villar, cueva ésta última que cuenta con dos entradas; una por la canal de
la Canalona, término de La Puerta y otra por Campriondo, término de Éscaro, nombre
con el que también se conoce la cueva.
El primer resto de un asentamiento humano
en el término de La Puerta es posiblemente anterior a la cultura castreña y se
encuentra enclavado en lo alto de un cerro en la ladera Este del Valle que
alcanza los 1.305 metros de altitud, El Corono, o Corón de La Puerta, en lo
alto del pinar del pueblo. El Corón o Corono cuenta en su cima con una plataforma
que supera los 180 metros de longitud y en su parte más ancha no alcanza los
60. (1)
Foto: Miguel A. Valladares, vista desde el Corón de La Puerta del valle de Valdecasares.
La
explanada está ubicada en la cara norte del Corón y está nivelada
artificialmente, aún se puede observar restos de un muro en su lado Oeste
construido a tal fin. En su lado Noreste se localiza un hoyo en forma cónica,
de lo que pudo ser el “pedestal” de un monolito, semejantes a otros conocidos
como el monolito de Valdosín, Llano de o
el de la Majada de Surbia.
Foto: Miguel A. Valladares, llano del Corón de La Puerta.
En su vertiente Oeste y a media ladera se
distinguen varias estancias de planta circular con diámetros que van desde los
5 a los 3 metros. Próximas a estas, se encuentran dos fosas o excavaciones en
forma de rectángulo irregular y distintas dimensiones. En ambas excavaciones se
observa la misma disposición de materiales; en el lado inferior escombros del
material excavado mezclado con pedazos de piedra en forma de lajas planas y
redondeadas con bordes; y en lado superior un corte vertical de roca cuarteada.
También queda huella de alineaciones de
muros en su lado más accesible, el
suroeste, sobre Hoyanejo (2).
Fotos: Miguel A. Valladares, vistas de las zonas excavadas.
Este
yacimiento fue visitado por la profesora Ana Neira Campos, del Área de
Prehistoria de la Universidad de León, y la conclusión, a falta de excavaciones
más precisas, es que se trata de una cantera del periodo Pre-Neolítico; periodo
en el aún no se utilizaba la cerámica y en su caso se buscaba este tipo de
piedra blanda que se vaciaba dejando los bordes prominentes a modo de plato o
cazuela.
Foto: Miguel A. Valladares, restos de piedra trabajada.
(1)
Su cara Sureste se conoce con el término Zamonte.
(2)
Hoyanejo es un término con alguna plataforma situado sobre Saguas, lugar en el
que se edificó la actual casa Museo, o el Centro del Urogallo, que para ambos
cometidos se preveía su construcción.