DOMINGO GUTIÉRREZ DESDE ARGENTINA NOS DA A CONOCER ESTA FOTO.
TIMOTEA ALONSO GONZÁLEZ Y DOMINGO GUTIÉRREZ GONZÁLEZ
Timotea Alonso González nació un 22 de agosto de 1882, hija de Facundo Alonso y Manuela González. Falleció el 21 de junio de 1970.
Domingo Gutiérrez González nacía un 4 de agosto de 1880 y falleció joven, a 55 años de edad el 26 de agosto de 1935. Era hijo de León Gutiérrez y Juliana González, nacida ella en Boca de Huérgano.
Timotea y Domingo fueron, son y serán los padres de Senén, Néstor, Eufrasia, Fe, Quirino, Gil y Aurelia.
lunes, 2 de septiembre de 2019
CELEBRÓ LOS 90 AÑOS Y AHÍ ESTÁBAMOS PARA VIVIRLO
LA CAMINERA SAGRARIO ÁLVAREZ CUMPLIÓ LOS 90... Y sumando
A LA PUERTA DEL BOQUERO
Acabada la hierba, y con el ramo en el boquero, tres de La Puerta dedican su tiempo al libre albedrío.
De izquierda a derecha: Santiaguín, Luis Pelayo y Goyo el nieto del tío Celestino.
miércoles, 21 de agosto de 2019
martes, 6 de agosto de 2019
domingo, 4 de agosto de 2019
LA PUERTA 4-8-2019
GENTE DE LA PUERTA
Con bellezas así al lado hasta parezco más guapo, vamos que me vengo arriba.
¡¡¡VIVA LA PUERTA!!!
sábado, 27 de julio de 2019
LA PUERTA 28/7/2019
LA PUERTA 28/7/2019
EL PRÓXIMO AÑO, 2020, ES EL ÚLTIMO AÑO, HASTA EL 2025, QUE SAN PEDRO CAE EN FIN DE SEMANA, POR ELLO SERÍA INTERESANTE REUNIR A TODA AQUELLA GENTE IDENTIFICADA CON NUESTRO PUEBLO.
MUCHOS SOMOS LOS QUE NOS VEMOS A LO LARGO DEL AÑO, PERO POR CIRCUNSTANCIAS POCOS COINCIDIMOS EN FECHAS, DE MANERA QUE EL 2020 ES UNA BUENA FECHA PARA MOSTRARNOS COMO PUEBLO.
POR PONER SOBRE LA MESA ACTIVIDADES, ADEMÁS DE LA CELEBRACIÓN Y HOMENAJE A SAN PEDRO, COSA OBLIGATORIA, UNA COMIDA SERÍA LA GUINDA AL EL REENCUENTRO.
LA COMIDA, SEGÚN EL NÚMERO DE COMENSALES, SE PUEDE ORGANIZAR EN RESTAURANTE O EN CARPA Y SERVICIO DE CATERING. LOS PRECIOS DE ALQUILER DE CARPA ESTÁN EN 300€, PRECIO QUE AUMENTA SEGÚN SU CAPACIDAD.
ASÍ MISMO SE PUEDEN ENCARGAR UNOS POLOS CON LOS COLORES DE NUESTRO PENDÓN Y A LOS QUE SE PUEDE AÑADIR EL NOMBRE DE LA PUERTA.
PARA ESTO SERÍA NECESARIO ABRIR UN CUENTA EN DONDE PODER INGRESAR EL DINERO NECESARIO, COMIDA, POLOS, A LA VEZ QUE UN CORREO, O ESTE MISMO BLOG, EN EL QUE IR TOMANDO NOTA COMENSALES, TALLAS Y NÚMERO DE POLOS.
PARA QUE ESTO FUERA COGIENDO FORMA SERÍA ESCUCHAR OPINIONES A FIN DE SABER SI ESTA REUNIÓN DE PORTEÑOS ES POSIBLE, ASÍ COMO RECOGER TODO TIPO DE OPINIONES AL RESPECTO
miércoles, 24 de julio de 2019
GENTE DE LA PUERTA
GENTE DE LA PUERTA
Con Maribel, la hija de Vitorino y América con la que no coincidía desde aquel fatídico 1987. Una agradable sorpresa.
LA BELLA Y LA BESTIA,
sábado, 2 de febrero de 2019
LA LETRA CON VARA ENTRA.
LA LETRA CON VARA ENTRA.
La escuela está situada en la parte central
del pueblo, en el cruce de la Avenida Principal (discurre desde el puente de
entrada hasta la iglesia) con el Paseo del Regachín, el cual comienza en parte
trasera del edificio y finaliza a la salida del núcleo urbano, a altura de los
toriles. Si tenemos en cuenta la proximidad de la Ronda del Barrio de Abajo
(por delante de casa de Asela) podemos decir que la institución académica estaba
perfectamente comunicada con todas la zonas de la villa por medio del
transporte público, que era gestionado por le empresa COSFE (“coche de San
Fernando”)... ahora que lo pienso, quizás fue la predecesora de la EMPRESA
FERNANDEZ, que tantas personas trasladó por los pueblos de La Montaña en sus
metálicos “coches de línea” grises.
Al entrar en la clase, observamos un amplio
encerado negro (omnipresente en toda escuela de postguerra) sobre la pared del
frente (la que da a El Cuarno) y un mapa físico de España colgado del paramento
situado a la derecha. En la proximidad de la esquina, se ubica la estufa de
leña, imprescindible en los gélidos días invernales y muy necesaria en algunos
fríos momentos primaverales y otoñales; a nadie se le ocurrió quemar la vara
utilizada para los varapalos (o si pasó por la mente de alguno no se atrevió
con tal fechoría).
En la parte derecha del espacio didáctico
se alinean los pupitres biplaza (en ellos se sientan los escolares mayores) y
en la izquierda se disponen varias mesas de baja altura con cuatro sillinas
cada una, donde se acomodan de los educandos más pequeños. En una de esas
mesinas compartimos las primeras vivencias estudiantiles Manolín (hijo de
Pepón), Metines (el de Gundo), Ana Belén (de Eusebio) y yo… más de un mosquilón
recibimos los varones por bromear con la rapacina.
Y frente a los escolares se coloca Doña
Carmen, tras su gran mesa de madera, que ha pasado a la posteridad por
cedérnosla momentáneamente para las famosas, uniformes y repetidas fotos de
cada alumno, posando con ciertos objetos que nunca utilizaba en su faena
docente ni nosotros en los ejercicios de aprendizaje.
La actividad didáctica se
desarrolla a distintos niveles, pudiendo simultanearse la consulta de la
enciclopedia Álvarez, el canto de la tabla de multiplicar, la ejecución de
dibujos u operaciones con el pizarrín, la lectura de un libro sin
ilustraciones, la transcripción de un dictado, etc. Y a pesar de tanta
ocupación, la maestra siempre saca tiempo cuando considera conveniente aplicar
un correctivo mediante la temida vara de avellano. La jodía dirige el palo
hacia la base del dedo gordo, donde más duele, al impactar sobre el hueso. Si giras rápido la mano (para que golpee en
mullido), el castigo se repite hasta que consigue su objetivo. La habitual
reacción posterior consiste en cerrar la mano, agarrártela con la otra y
meterlas entre las piernas mientras arrugas el brusco y te acuerdas de algún
ascendiente de Doña Carmen.
No debemos olvidar que convivimos alumnos
de diferentes edades en el mismo ámbito y algunos eran bastante rebeldes, no
constituyendo un ejemplo positivo para los menores; recuerdo especialmente a
Ana Carmen, la sobrina de Pedro y Amparito, los de la sierra,… raro era el día
en que su mano no recibía unas dosis de varina.
Bueno, a pesar de los
métodos empleados por la profesora, creo que nadie guarda rencor a la educadora
de varias generaciones de personas de nuestro pueblo, el cual le rindió un sincero
y merecido homenaje en agradecimiento por los conocimientos y valores que esa
mujer nos transmitió, amén de conseguir que muchos hijos de ganaderos
cumpliéramos el sueño de nuestros padres.
Jesús (el mediano de Toño
y Enedina).
martes, 22 de enero de 2019
¡¡¡SOMOS DE LA PUERTA!!!
Con Mª Carmen Ruidíaz, hija de Antonio y Amparo
Santiago Pérez, toda una referencia de La Puerta
Con Jesús, el mediano de Toño y Enedina.
jueves, 10 de enero de 2019
lunes, 7 de enero de 2019
LAS NIÑAS TAMBIÉN JUEGAN
LAS NIÑAS
TAMBIÉN JUEGAN
Hace un día
espléndido, salgo de casa, cojo el aro y su gancho, me acerco a la esquina del
huerto de Asela (para el visual saludo habitual al Yordas y Los Doblos),
observo a varias niñas en el patio de la escuela. Sobre el escalón de acceso, Cristina
y Elena (hijas de Mauro) juegan a cocinitas con la primogénita de Emilio (María
José) y la “única entre machitos” de Olegario (Lola); el agua del calce aporta
las sustancias liquidas, mientras que el polvo del suelo, la tierra y las
piedrinas sustituyen a los elementos sólidos y los yerbajos se convierten en
especias y verduras de todo tipo.
En el centro
del patio observo a Lourdes y Loli que sujetan la goma a la altura de los pies,
mientras van saltando Irene y Nieves, primero individualmente y luego ambas
juntas; la goma va ascendiendo por el cuerpo (tobillos, rodillas, cadera) según
se completan canciones y pruebas superadas. En las inmediaciones, mi prima
Silvia y Mari Mar aguardan el fallo de alguna practicando con la comba; una es
artesana (de cordel) y otra de tienda, rematada con manillas de color rosa en
sus extremos.
Al cabo de
unos minutos aparecen unos rapaces que empiezan a hacerles rabias: Pepín agarra
la goma, la aleja y la suelta contra el muslo de su hermana; Fernando intenta
efectuar los saltos y se lía la goma en el tobillo (cae al suelo), mientras Manolín
(el de Gundo) intenta parar a Nieves que lanza golpes a ambos, hasta que Irene
viene con un palo, que ha cogido del huerto de Andrés, y empieza a medirles las
costillas.
Por otra
parte, Tomasín y César se dirigen a probar las comiditas pero salen escaldaos,
pues las cuatro cocineras forman una barrera infranqueable. Los veraneantes,
José Luis (el de Emilia) e Iñaki (el de Araceli), acompañados de Ricardín,
contemplan, desde la orilla del calce, la derrota de las huestes masculinas y
disfrutan (a carcajadas) de la victoria del grupo femenino en ambos frentes.
Tras la huida
de los machos humillados, pongo a rodar el aro por la tierra y me dirijo hacia
el centro urbano, mas sólo llego hasta la altura de la casa de Metrio; en una
orilla de la calle, a la sombra del portalón del tío Patricio, se hallan cuatro
niñas jugando a la rayuela; permanezco unos minutos observando sus rotaciones:
Lidia no atinó con su teja (al lanzarla a la cuadrícula), Merche perdió su
turno al desequilibrarse (se desplazaba a la pata coja, demasiado deprisa),
Sara golpeó varias veces la piedra plana con su pie (a la tercera, sobrepasó la
cuadrícula que le tocaba) y Camino pisó la raya, al efectuar el recorrido final
con los ojos cerrados.
De repente,
varios chavales interrumpen el desarrollo del juego: Albertín agarra el
guijarro y lo lanza al cielo, Pedrito (el de Gundo) le imita con una teja y
Vicente (el de Dito) y Juanjo (el de Fabio) intentan borrar las rayas marcadas
en el suelo arrastrando los pies; pero se encuentran la feroz oposición de las
rapacinas, manifestada en empujones, insultos (burro, tocho, etc.) y manotazos
al aire, también algunos impactos en cabezas y cuerpos. Rafael (el de Olegario)
que permaneció neutral (en México no serán habituales estas riñas infantiles)
pudo comprobar la retirada de los cuatro intrusos mientras escuchaba el
comentario de mi prima: “mírales, van como el cemento de don Rufo”; el manito pregunta
con su acento peculiar: “¿y cómo iba ese cemento?”, y la misma respondió: “iba que
jodía”. Les dejo riéndose a carcajadas.
Alejados los
“rufonines”, las chiquillas perfilan los cuadrados y prosiguen su actividad
lúdica; yo me encamino hacia la casa de Eusebio, pues me llegan sonidos de
tonadas infantiles. Arancha y Ana Mari (la de Nides) le dan a la cuerda sin
parar, mientras otras niñas van entrando y saliendo al centro del arco, a la
par que ejecutan ciertas tareas relacionadas con la letra de las canciones:
“Soy la reina de los mares…”, “El
cocherito leré…”, “Quisiera ser tan alta como la luna…”, “Soy el farolero de la
Puerta del Sol…”, “Una tarde fresquita de mayo…”, “Al pasar la barca, me dijo
el barquero…”, etc.
Entretanto, se
acercan al escenario unos chavales que estaban sentados en las barras de la
portalada; Ramón y Anselmo se ofrecen a “darle a la soga” pero enseguida
aceleran el ritmo, hasta que las expertas saltarinas no aguantan y les
reprenden por su actitud incorrecta. Una vez reanudado el juego, los rapaces se
dedican a producir ondas, dificultando el salto a ras de suelo y alterando, de
nuevo, a las chiquillas (Anselmo recibe un mosquilón de Ana, la melliza). Tras
el restablecimiento de la paz (en las condiciones impuestas por las féminas) se
vuelve a originar otro altercado ya que empiezan a estirar desde los extremos (con
la pretensión de introducirles la cinta entre sus piernas) y, mientras tanto, Vicente
y Santiaguín no cesan de interferir intentando meterse, parando el juego, discutiendo
con las contrarias, etc. hasta que éstas se cansan, tiran la cuerda, se
enfrentan a manotazos y patadas, hasta que los valientes deciden “hacer mutis
por el foro”, recibiendo insultos varios (escagarruciaos, mangarrianes, melón,
mostrenco, etc.) y cometarios diversos: ¡hala! a tomar po’l culo por ahí, id a
sacar el abono,… y así ya estáis en la mierda, etc. Los muchachos se dirigen hacia
el puente “cagando centellas” y mirando por el rabillo del ojo a sus
perseguidoras enfurecidas, sin perder de vista las piedras que volaban hacia
sus objetivos corporales.
Bueno, a pesar
de la belicosidad de género, la sangre no llegaba al río y solía ser el origen
de chanzas posteriores, en los momentos de serenidad.
Jesús (el
mediano de Toño y Enedina).
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